
Diana Nawi en Olivia Foundation. Foto de Andy Butler.
Radicada en Los Ángeles, la curadora Diana Nawi ha dedicado los últimos quince años a organizar exposiciones en Estados Unidos e internacionalmente, moviéndose entre museos, bienales y proyectos independientes. Su enfoque combina lo académico con lo intuitivo: una práctica que abraza la complejidad del trabajo curatorial al tiempo que privilegia la experiencia emocional y espacial del espectador.
Woman in a Rowboat marca su segunda exposición con The Olivia Foundation, tras Between Us, presentada en 2024. En este nuevo proyecto, Nawi reúne un conjunto de obras que reflexionan sobre la interioridad, la percepción y las fisuras entre la autoimagen y cómo somos vistos. La exposición se despliega como una narrativa no lineal, revelando conexiones formales inesperadas entre las obras e invitando al visitante a recorrer una coreografía de pensamiento visual. En conjunto, las piezas plantean una indagación sobre la autoría, la visibilidad y los límites de la expresión.
Esta conversación tuvo lugar en The Olivia Foundation durante las etapas finales de montaje, mientras Nawi reflexionaba sobre el origen de la exposición, su filosofía curatorial y las referencias personales que dieron forma a este proyecto estratificado.
Diana Nawi en Olivia Foundation. Video de Studio Chirika.
“El curador existe en algún punto entre un director de orquesta, un productor y un director de arte. Pero, en última instancia, si eres un buen curador, eres un creador de exposiciones”.
¿Podrías contarnos un poco sobre tu formación y tu práctica curatorial?
Mi nombre es Diana Nawi. Soy curadora y vivo en Los Ángeles. En los últimos 15 años he trabajado en todo Estados Unidos y también un poco en el extranjero, organizando exposiciones en museos, bienales y otro tipo de proyectos.
Las curadoras también somos gestoras. Somos investigadoras, ensayistas, historiadoras, administradoras… estamos en la intersección entre la creatividad y la operación. Y pienso mucho en eso: ¿qué significa realmente materializar algo?
En especial en exposiciones como esta, que suceden fuera del contexto institucional o museístico—que no están concebidas como una única tesis académica—el rol de la curaduría se amplifica. La curadora se mueve entre ser directora de arte, productora y directora de orquesta. Pero, sobre todo, si eres una buena curadora, haces exposiciones. Y la primera pregunta que debes hacerte es: ¿cuál será la experiencia del visitante?





Obras de la Olivia Collection, parte de la exposición Between Us. Curaduría de Diana Nawi. Fotografía de Andy Butler y Sergio López. Cortesía de Olivia Foundation.
El título de la exposición, Woman in a Rowboat, proviene de una pintura de de Kooning. ¿Qué te atrajo de esa obra?
La exposición se llama Woman in a Rowboat, que toma su nombre de una pintura de 1965 de Willem de Kooning, que está incluida en la muestra. Me interesaba tanto por la poesía del título como por lo que sugiere. Dice: hay una mujer en un bote. Una pequeña narrativa, una descripción mínima. Pero cuando miras la pintura, apenas encuentras a la mujer. No hay bote. No se parece en nada a la imagen que sugiere el título.
Está esta idea de lo que decimos que estamos haciendo, lo que realmente hacemos y lo que significa observar a otra persona.
De Kooning carga con un peso histórico complejo—una mirada masculina pesada, incluso misógina—sobre lo que implica ver a una mujer desde fuera del cuadro. Y creo que hay algo poderoso en esta idea de que alguien te está mirando, pero tú no te ves reflejada en esa imagen. En la imagen del otro, no eres visible. Pero dentro de ti, existe un espacio inmenso, infinito.
¿Cómo abordaste la narrativa espacial de la exposición?
Al montar una exposición estás respondiendo a dos cosas: la obra y el espacio. Puede sonar obvio, pero reconciliar ambas es complejo. Puedes tener una selección de pinturas que te interesa mostrar, pero no funcionan juntas, o no se integran bien al espacio.
Después de haber curado aquí el año pasado, pensaba mucho en cómo aprovechar la arquitectura para contar una historia y considerar la coreografía del visitante. Una exposición es, en última instancia, una narración. La gente la recorre, se mueve dentro de ella—y eso la convierte en una forma de relato.
¿Qué obras marcaron el tono de la exposición desde el inicio?
La exposición comienza con dos obras muy intensas—una de John Snyder y otra de Anselm Kiefer. Ambas son paisajes. La de Snyder es un paisaje primaveral gestual, en tonos rosados intensos, casi caótico, con una repisa al pie que contiene una paleta con restos de pintura. La de Kiefer es una escena otoñal en un bosque, con un empaste espeso e impresionante.
Desde el inicio se plantea un diálogo entre nacimiento y muerte. Estás en el valle—entre la primavera y el otoño. No es solo una imagen del paisaje, también es un espacio psíquico.
Diana Nawi en Olivia Foundation. Video de Studio Chirikia.
¿Podrías hablar sobre las obras en esta sala y cómo se relacionan con la interioridad y la percepción?
Solo hay cuatro artistas en esta galería, pero siento que encarnan las ideas centrales de la muestra.
Etel Adnan es más conocida como poeta, pero realizó estas pequeñas abstracciones con formas y colores elementales. Es difícil no leerlas como paisajes.
Luego están las obras de Joan Semmel, una artista en sus noventa que ha pintado su cuerpo a lo largo del tiempo. Hay una obra donde se da la espalda al espectador—niega el acceso a sí misma. Y otra que muestra lo que vemos al mirarnos: una perspectiva desde quien observa su propio cuerpo. Es totalmente abstracta, casi grotesca, con colores antinaturales.
También está una obra increíble de Tomm El-Saieh, un artista joven radicado en Miami. De cerca, ves todo el trabajo que hay: gestos minúsculos, capas, momentos. Es una pintura muy compleja.
“Empecé a pensar en todas estas pinturas como una forma de expresar nuestra vida interior. No es una declaración política. No es un modo de comunicación. No es para ti. No es para ti [el espectador]”.
Mencionaste una pintura de Remedios Varo como referencia clave. ¿Podrías contar más?
Al inicio del proceso, Guillermo me mencionó que su familia tenía una obra de Remedios Varo. Me mostró una pintura: una mujer envuelta en su propio cabello, sentada a la mesa. Una mano que se extiende por detrás. Un gato hecho de hojas. Una figura boca abajo en una vasija. Puedes ver en ella lo que quieras.
Es una obra profundamente surrealista que te lleva a un estado de ensoñación. Pensaba en esa figura en la mesa como un punto de partida. Es una escena imaginada, pero puedes atribuírsela. Es su mundo interno, su fantasía, sus miedos—expresados de forma vívida.





Obras de la Olivia Collection, parte de la exposición Between Us. Curaduría de Diana Nawi. Fotografía de Andy Butler y Sergio López. Cortesía de Olivia Foundation.
¿Qué significa para ti que esta exposición esté centrada en artistas mujeres? ¿Fue una decisión consciente?
Pensé mucho en eso. La colección incluye en su mayoría mujeres. ¿Y eso qué significa? ¿Significa algo?
Empecé a ver todas estas obras como formas de expresar la vida interior. No es una declaración política. No es un modo de comunicación. No es para ti. No está hecha para ti [como espectador].
Algunas personas piensan en imágenes, otras en palabras, otras con las manos. Para mí, era importante partir de una lógica que me permitiera mezclar tipos y escalas de obra en una sola sala—y que cada mundo interior pudiera desplegarse a su manera.
Woman in a Rowboat estará abierta al público hasta el 28 de septiembre en The Olivia Foundation.
Horario: miércoles a domingo, de 11 a.m. a 6 p.m.
Entrada libre, no se requiere reservación. Para agendar un recorrido, escríbenos a info@oliviafoundation.mx